Åsne Seierstad

Se licenció en Filología Rusa y Española, así como en Historia de la Filosofía en la Universidad de Oslo. Periodista independiente, desde muy joven, ha trabajado como reportera de guerra en diversos periódicos y televisión, cubriendo los conflictos bélicos más importantes de los últimos años. Sus libros, están basados en los hechos que ha relatado en su trabajo.

Sus novelas, se pueden clasificar como crónicas de guerra, relatando con rigor y objetividad los hechos, pero haciendo hincapié en la dimensión humana de los conflictos llegando a la descripción de los quehaceres cotidianos. Su trabajo, ha recibido galardones a nivel internacional.

Crónicas de catástrofes: Entrevista con Åsne Seierstad, periodista y autora de El librero de Kabul

“Sólo espero que no quemen la escuela. Los talibanes han vuelto y en los últimos meses han quemado varios colegios de chicas”.

Åsne Seierstad sabe de lo que habla. El colegio al que se refiere se está construyendo en Afganistán con los beneficios de su exitosa novela El librero de Kabul.

La quema de libros y de escuelas son imágenes muy potentes. Una periodista que vaya más allá del impacto visual es alguien de quien vale la pena saber un poco más.

Åsne Seierstad nos acerca a las personas corrientes que han sido víctimas de trágicos acontecimientos; nos abre una ventana para que podamos observar la sociedad en la que viven. Escribe de manera sencilla y directa sobre los efectos de la guerra y de la opresión. Crea ese contacto humano que miles de burkas y de balas no logran conseguir.

Cuando se le pregunta sobre porque eligió esta profesión (empezó como reportera de guerra a los 26 años), dice simplemente: “Siento una gran necesidad de saber exactamente aquello que le pasa a la gente. Creo que es importante bajar al nivel de las personas”.

En su país, Noruega, Åsne Seierstad es todo un icono. Desde que fue a Chechenia en 1995, esta periodista ha sido su principal intérprete en todos los grandes conflictos: Serbia, Afganistán, Irak. Fue la única reportera escandinava que dejaron pasar cuando entraron los tanques. Alta, rubia y aparentemente intrépida, su llamativa presencia concuerda con la singularidad de sus crónicas. Narra los detalles cotidianos de las vidas individuales: la chica que ya no puede ir a la escuela por el desorden callejero, y el técnico de sonido que arriesga su vida por conseguir electricidad para la transmisión.

Ahora, con el éxito del El librero de Kabul, parece que Seierstad conseguirá que su fama cruce las fronteras escandinavas.

Tras el 11/S, Seierstad viajó a Afganistán para hacer un reportaje sobre la Alianza del Norte. En Kabul, conoció al librero Sultan Khan, quien había estado en prisión bajo el régimen comunista, y cuyos libros habían sido quemados por los talibanes. La periodista visitó su librería varias veces y conversó largamente con este hombre tan leído. Él, por su parte, la invitó a su casa para que conociese a su familia, y fue durante esta visita cuando surgió la idea de escribir un libro. El manuscrito giraría entorno a una familia afgana inusual. “No escogí a esta familia para que representara a las otras familias, la escogí porque me inspiró”, dice en la introducción del libro.